Hasta hace relativamente poco tiempo, la traducción debía de llevarse a cabo con un diccionario de idiomas, o con un aparato traductor. Sin embargo estos sistemas tenían bastantes limitaciones puesto que con ninguno de estos se podía manejar sintaxis ni gramática, siendo únicamente útil para traducir frases cortas o palabras. Hoy en día disponemos de herramientas mucho más fuertes y potentes, que pueden traducir textos de varios párrafos con una exactitud similar a un traductor humano. Un buen traductor de idiomas, sin dudarlo, es Google Traductor.
Desde su fundación en el año 1998, Google ha incursionado en multitud de mercados más allá de la búsqueda de Internet: cuenta con un servicio de correo electrónico (Gmail), un servicio de pagos en línea (Wallet), un servicio de almacenamiento en la nube (Drive) y cuenta con un imperio de smartphones mucho más extenso que el de Apple (Android). Y desde hace varios años Google incursionó en el mundo de la traducción, con Google Traductor, que si bien al principio era criticado por sus débiles capacidades de traducción, con el tiempo fue haciéndose más y más fuerte al punto de traducir, en lugar de palabra por palabra, frase por frase utilizando redes neuronales.
Google Traductor, aparte del uso de redes neuronales para traducir párrafos largos con una exactitud similar a la de un ser humano, también cuenta con multitud de opciones, entre las cuales tenemos traducción offline, lo cual nos facilita la comunicación en países extranjeros donde no tengamos acceso a Internet ni a datos móviles, pues en pocos segundos nos permite conocer el significado de una palabra o de una frase. Así mismo, Google Traductor cuenta con opciones para micrófono, la cual actúa esencialmente como intermediario para una conversación entre dos personas en distintos idiomas.
Cuenta también con «modo cámara», un modo en el cual podemos utilizar la cámara de nuestro dispositivo, apuntarla a un letrero o alguna frase, y utiliza reconocimiento óptico de caracteres para detectar la frase, la cual traduce y muestra en pantalla la traducción con tecnología de realidad aumentada. También cuenta con funciones para revisar la fonética de las palabras, como se escuchan, traducciones alternativas, entre otros.
La primera versión del Google Traductor fue lanzada en 2006, y se caracterizaba por utilizar un sistema de traducción estadística, que funcionaba bastante bien en su momento. El sistema fue relanzado en el año 2016, utilizando un sistema neuronal en lugar de un sistema estadístico. La aplicación está disponible en su versión web, en iOS y en Android, y para utilizarla simplemente debemos descargar el traductor de Google en nuestro dispositivo compatible, el cual se encuentra disponible en Google Play y en la App Store.
Para descargarla necesitaremos mínimo un dispositivo con Android 4.2 o iOS 8. Así mismo, también podemos utilizar la versión web, disponible también en dispositivos móviles, o podemos traducir directamente desde la aplicación de Google (aunque es muchísimo más limitada).
Y tú, ¿ya tienes la aplicación? Recuerda descargarla en tu dispositivo móvil para abrir miles de puertas y oportunidades de comunicación, ya sea hablar, conocer significados, las posibilidades son infinitas.